domingo, 28 de septiembre de 2014

¡Motivarte me motiva!



Esta semana, primera del curso, semana de bienvenidas, de nuevos propósitos, también de autoevaluación... me pregunto: ¿por qué vienen mis alumnos a clase de piano?. La verdad es que esta cuestión, que posee a simple vista obvia respuesta, encierra un apasionante entramado de factores.

Al encontrarme con todos ellos y preparar las primeras clases, se me ocurrían muchos motivos (todo el mundo sabe que hay muchas y muy buenas razones por las que estudiar música y aprender a tocar un instrumento), sin embargo en muchos casos se trataban de aproximaciones y percepciones propias, pues, en realidad, desconocía las que de verdad mueven a mis propios alumnos. Y no es que no haya dedicado tiempo pensando en ellos, en las piezas que les podrían gustar tocar, en el estilo de música que quieren...¡He pensado mucho!... en lugar de acudir a la respuesta, que estaba...¡sentadita en el taburete del piano! :)

Así que esta semana, antes de hablar de nuevos repertorios y planteamientos para el curso, he querido acercarme a ellos, plantearles mi interés y necesidad de conocer sus gustos musicales, en toda su amplitud (no sólo referentes al piano) y abrir un canal de comunicación que hasta ahora había estado medio oculto.

Y he visto ilusión en sus ojos al nombrarme los cantantes que les gustan, los grupos que les molan, al recordar los momentos en los que escuchan su música favorita, al pensar en los estilos musicales que prefieren y en "para qué" quieren aprender a tocar.

¡Qué maravilla! ¡Qué bien me he sentido viéndoles tan ilusionados!

De vuelta a casa, pensando en esta emoción y en lo que la había motivado, decidí que mi siguiente entrada al blog estaría relacionada con el tema, tan profusamente tratado por tantos y tan buenos profesionales, de la motivación. Y es precisamente este hecho el que me lleva a querer compartir mi visión personal, que no es otra que la de una profesora de piano preocupada por sus alumnos.

¿Qué es exactamente estar motivado?, ¿qué factores influyen en la motivación?, ¿por qué me interesa que estén motivados?, ¿qué puedo hacer para motivarles? 

A raíz de estas cuestiones me he interesado por conocer algo más de lo que dicen otros acerca de la motivación, y me he puesto a pensar sobre el papel. 

Empecemos, como siempre, por el principio.

La palabra "motivación" procede del latín "motivus" (motivo) y del sufijo -ción (acción y efecto), es decir, es la causa, motivo o razón que impulsa a una acción.

Es obvio que cuando alguien decide acudir a clases de piano la motivación principal es aprender a tocar dicho instrumento. Sin embargo, como veremos más adelante, hay bastantes variables que afectan a la motivación, que hacen que haya diferencias notables entre unos alumnos y otros.

Partiendo de esta premisa, de que los alumnos vienen a clase a aprender, no me conformo con que vengan, sino que quiero que lo hagan dispuestos, felices e ilusionados. 
Creo que hablo por boca de todos mis compañeros de profesión si digo que resulta muy difícil y desmotivante para nosotros, llevar a cabo nuestra labor docente con un alumno que se muestra apático, sin ningún tipo de interés ni motivación en lo que está haciendo, y ante el que nos sentimos impotentes. 

Tengo en mi cabeza las palabras de G. Cabanach: "el aprendizaje se caracteriza por ser un proceso cognitivo y motivacional a la vez" (1996), cuando me planteo: ¿qué puedo hacer yo entonces para que  mis alumnos acudan a clase motivados, e influir así favorablemente en el proceso de enseñanza-aprendizaje?

Esta perspectiva me hace darme cuenta de que es importante atender tanto a los aspectos relativos a la adquisición de conocimientos, al desarrollo de capacidades y destrezas y al establecimiento de estrategias, como a todo aquello que lleva a los alumnos a "querer" aprender.

En este "querer aprender" están implicadas, por un lado, las variables personales, lo que el alumno trae consigo cuando entra en clase: expectativas, percepciones, creencias acerca de sí mismo y de la tarea, metas, mundo emocional; y por otro, diversos aspectos relacionados con la labor docente y con lo que puedo hacer en el aula. 

Soy consciente de que preguntarles acerca de cuáles son sus gustos musicales, o las piezas que quieren llegar a tocar ha supuesto para mí tan sólo el primer paso de una labor mucho más compleja, en la que quiero tener en cuenta:


  • su orden de prioridades, de modo que prefieran aprender porque tienen verdadero interés y disfrutan con lo que están llevando a cabo; en lugar de buscar el premio o huir del castigo;
  • la selección de contenidos, buscando que sea acorde a sus necesidades, personalizados y flexibles, pues cada uno de nosotros tenemos nuestro propio ritmo y no tenemos por qué aprender lo mismo, ni en el mismo momento;
  • la presentación de los contenidos y actividades, para que sea atractiva y despierte su curiosidad y sus ganas de "hacer";
  • el papel de los propios alumno dentro de la actividad, para que sean y se sientan protagonistas, valorando y promoviendo sus propias iniciativas;
  • la manera en la que las personas adquirimos los nuevos conocimientos, favoreciendo la integración de los mismos, y ayudando a los alumnos a que los relacionen y conecten con los que ya poseían, con el objetivo de que se produzca un aprendizaje significativo, realmente eficaz y duradero;
  • los tipos de aprendizaje de cada persona, teniendo en cuenta que hay alumnos que asimilan mejor observando, otros escuchando, hablando o cantando, otros moviéndose, sabiendo que cualquiera es igual de eficaz si es vivencial, y teniendo como objetivo que disfruten de manera viva y gratificante de hacer y escuchar música;
  • el desarrollo emocional de cada uno y el respeto a sus necesidades afectivas, para que aprendan en un clima de seguridad, conociendo y conociéndose, sabiendo que siempre cuentan con mi guía y apoyo, el de sus compañeros y su familia.


En definitiva, un alumno motivado es un alumno activo, con predisposición, que está involucrado en la tarea, que busca respuestas creativas, que participa en su propio aprendizaje, que es cada vez más autónomo, que aprende más rápidamente y de manera más eficaz.

Esta es mi meta...no hay mayor satisfacción para mí que trabajar codo con codo con alumnos felices y con ganas de aprender, y si no es así, trabajar por y para ellos para que así sea, de modo que pueda siempre sentir lo que sentí esta semana, que...

                                 ¡Motivarte me motiva!

Sé que es un gran trabajo el que lleva a lograr todo esto...pero ciertamente, mi motivación es grande y, como dice el profesor Feliciano Robles:

UTOPÍA
Si damos un paso para lograrla, ésta se aleja un paso; si damos dos pasos, también se aleja dos pasos; así que la UTOPÍA sirve para CAMINAR.


Gracias a todos mis alumnos de los que tanto aprendo, y a todos aquellos que aportáis en blogs y páginas web valiosa información. Por citar a los que más me han marcado estos días: http://www.pedagogiablanca.com/, http://reme.uji.es/, Antoni Ballester: "El aprendizaje significativo en el aula"), Cabello, R., Ruiz Aranda, D., Fernández-Berrocal, P.: "Docentes emocionalmente inteligentes", Marisa Pérez...







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